TENEMOS UN GABINETE JURIDICO, QUE EN ESTOS TIEMPOS DE CRISIS, FUNCIONA, COMO UNA EMPRESA INDEPENDIENTE AL SINDICATO Y SUS OBJETIVOS, POR LO QUE ESTAN INDICANDO LA MAYORIA DE CASOS, ES SIMPLEMENTE RECAUDAR UN DINERO, SIN CUIDAR UNA AFILIACIÓN QUE NOS HA COSTADO MUCHO TIEMPO MANTENER....
OS REMITO UNA CARTA QUE ACABA DE LLEGAR DE UN AFILIADO DE PROSEGUR:
A la atención de la sección sindical de CCOO de Prosegur:
Por la presente pongo en vuestro conocimiento que dimito como miembro
de este sindicato, por lo que es mi deseo dejar de estar afiliado al mismo.
He sido afiliado a CCOO en el ramo del metal, durante muchos años y
desde antes de su legalización, cuando ser miembro activo y clandestino
implicaba graves riesgos. En aquellos años la función principal de CCOO era
proteger los intereses de los trabajadores y por supuesto nos
relacionabamos todos los miembros con respeto y compañerismo.
Pero vosotros me habeís decepcionado y más de lo necesario.
Me habeís remitido por correo certificado con acuse de recibo: una
carta de apremio al cobro de una cantidad, tratandome como a un vulgar
moroso, cosa que nadie con anterioridad a vosotros me había tratado jamás,
pues no le debo nada a nadie y gracias a Dios mi situación económica
todabía no es pésima. ¿Os he negado yo el pago de alguna cuota?, ¿me he
negado yo a pagar por los servicios de la asesoria juridica? ¿Me habeís
comunicado este pago en tiempo y forma legal, antes de mandarme por correo
certificado con acuse de recibo la carta de apremio?
En este caso me parece cierto el refrán de "piensa el ladrón que todos
son de su condición". ¿Cual es vuestra función principal? la defensa de los
trabajadores o tal vez el expolio de los mismos de forma tan execrable y
ominosa como el capital más puro y duro; sin el menor respeto por las
personas.
No os preocupeís que os pagaré los 207 euros (EL 34% de la cantidad
rescatada). Honorarios carisimos por cierto, sobre todo teniendo en cuenta
la poca preparación y pésima actuación del letrado que nos asistió quién
por sí mismo y sin nuestra intervención no hubiera conseguido ni un
céntimo de euro, mas bien al contrario, pretendía que nosotros
pagaramos a la empresa.
Por consiguiente no quiero pertenecer a un sindicato cuyos
valores han degenerado hasta el punto de tratar a personas honradas
como yo, que he luchado por este sindicato desde la clandestinidad
siendo un joven comprometido y que durante muchos años he pagado mis
cuotas, siendo un obrero responsable, como si fuera un sinvergüenza
probablemente como debeís ser vosotros.
Sin nada más que agradeceros me despido.
Adolfo Sanfeliu Cuesta